Critica de Juan Seia para El Diario

Estreno de “¿Quién, yo?” Desprejuiciados
El Elenco Municipal de Teatro, dirigido por Walter Staüble, no sólo repuso una genial obra de absurdo argentino como “¿Quién, yo?”, de Dalmiro Sáenz (estrenada el sábado en el club Sarmiento), sino que mostró una capacidad de dinámica y timing en escena propicios para desarrollar las diferentes subtramas que exige la pieza. Además presentó a dos nuevos actores con futuros más que promisorios. De la cantera que provee el taller de teatro, Staüble eligió a Santiago Cottone para el personaje protagónico, Felipe Azul de Metileno (por mera coincidencia, sus rasgos físicos se asimilan a Sebastián Giordano, ex actor del elenco que interpretara el mismo papel años atrás) y Marcelo Vigliano (representó al juez y los personajes de subtramas), dos jóvenes talentos que han aportado las necesarias dosis de frescura, histrionismo y desinhibición que se espera en un obra de ese calibre (a Cottone sólo le faltó enfatizar algunos remates para incrementar la risa). La pieza, como acostumbra su polémico autor, se mofa de los criterios éticos y morales que sustentan nuestra sociedad, provocando la ruptura reflexiva en nociones como la realidad y la memoria y en instituciones como la justicia, humana y divina. El delirante protagonista -quien a veces se cree que no es Dios- se reporta imputado en un juicio que inicia por una nimiedad (el hurto de 25 centavos) y avanza con la premura de lo indescriptible por los crímenes que él mismo confiesa. Completan el elenco, Alexis Pineda, Mónica Bavarisco, el solvente Leonardo Negro (con una destacada oratoria como fiscal frente al público) y una exquisita Carla Mercadal, con una personal y coqueta personificación de la abogada defensora. El dato socarrón: la estatua de la Justicia (Leysa Oro), que harta de estar parada, coloca un cartel que dice: “Ya vuelvo, la estatua”.
Juan Ramón Seia